jueves, 17 de diciembre de 2009

Goya: El sueño de la Razón.


"El Diablo y un amigo suyo estaban paseando por la calle cuando vieron delante de ellos a un hombre que levantaba algo del suelo y, después de mirarlo, se lo guardaba en el bolsillo. El amigo preguntó al Diablo:

"¿Qué recogió ese hombre?" "Recogió un trozo de la Verdad", contestó el Diablo. "Ese es muy mal negocio para ti, entonces", dijo su amigo. "Oh, no, en absoluto", replicó el diablo, "voy a dejar que la organice", y también le explicó:

La Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero en particular.

"Cuando se empaqueta la verdad, bajo la forma de alguna creencia o religión, ésta se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos."

La Verdad no puede bajar ni organizarse para que descienda hacia nosotros, es el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella.

Sin razonamientos, librados a la suerte de los prejuicios y la ignorancia, la historia del hombre es una pesadilla, una sombra interminable, un verbo despreciable.
De igual manera, la razón sin la prudencia, puede llevar al hombre a un laberinto, al peligroso avismo de la loucura; como una enfermera que en vez de cuidar al convaleciente, mata sigilosamente aun al mas valiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario