A tí que no te gusta dar garantías,
que juegas con los naipes marcados.
Por el tiempo que fuiste mía
te doy las gracias, y te aseguro
que aprendí a amar así, bajo sin techo
aprendí a amar así, sin garantías.
Me enseñaste a no pretender, atrapar
a las mariposas ni al futuro.
A vivir lo que se presenta,
que mas se disfruta sin comprender,
viviendo el tiempo a tiempo sin apuros.
Tu alma es tan libre y a la vez,
tan sedienta como cualquiera.
Tal vez un día nos cruzemos
bajo la luna y sin velas,
vendiendo ilusiones en la feria.
Tú que me enseñaste a amar sin compromisos,
a abrazarte y a besarte sin pedir permiso.
Tú que juegas con la baraja marcada,
y un día como hoy, como cualuqiera
la vida, se parece a un cuento de hadas.
-El Farabute-
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