Tu descalabro, tu desfachatez.
Tu mirada indiscreta,
cuando el sol asoma y acabó la guerra.
Con ese traje, que hace tiempo no usas.
Con ese escote y esa minifalda.
Para mirarte me sobran escusas,
sontengo lo que dicen mis palabras.
Entre el carmín de tus labios
y el rubor de tu mirada.
No hay diablo que no peque,
ni Santo sin espada.
Y éste caballero,
tan noble como canalla.
Busca en tu mirada,
lo que tus labios callan.
-El Farabute-