Cuenta la historia de aquel pueblo
que un buen día cerró sus puertas el diario local.
Porque dejó de parir noticias, porque
entre un día y el siguiente, todo era igual.
Porque no había diferencias entre un invierno
y un Febrero bisiesto bajo el sol de la siesta.
Como si el Sol no se pusiese nunca!
Como si las mariposas, hubiesen dejado de volar.
Aquel pueblo no tenía río, ni viento, ni mar.
Era el pugatorio, un casamiento sin novia ni novio
un muerto sin velorio, una pluma sin papel.
Así cuentan, que era el pueblo aquel.
Pobre sus condenados habitantes inconscientes.
Lo mismo dicen ellos, de los que caminan contra-corriente.
El Cielo nunca estuvo mas lejos ni tan cerca
de los que mueren de Sed, sin darse cuenta.
-El Farabute-
Muy bueno poema,perdurar en vez de vivir...
ResponderEliminar¡Excelente!
Y gracias por compartir.
Cariños.
Gracias a tí Adri, muchas gracias.
ResponderEliminarUn gran abrazo!!
A veces,
ResponderEliminarpesan las penas....
y más si dan pena...
pensar en ellas...
sintiendo pesambre por aquel sentimiento
que un día dejó de estremecer
al más profundo pensamiento.
Mientras por las oscuras sobras
del bosque invernal....
suspiran las hojas secas
caídas sobre una alfombra bella
del amor dolido....
Mientras el sol se hace paso
tras una mañana oscura y neblina...
un pequeño rayo asoma
por entre la frescura....
Entonces quizás,
empiece a sentir esperanza....
de volver a alzar
sobre un bosque dorado....
Mary.
Hermoso Mary!! Gracias por compartirlo!!
ResponderEliminarFeliz Navidad amigo Farabute...
ResponderEliminarGracias a la Vida, eres de quienes se dan cuenta y allí mismo, ni sufres la sed, renaces en cada letra...