martes, 22 de febrero de 2011

Un Negro Día.

Envuelto en un abismo,
mas grande que un elefante.
Ese que mea mi Suerte.
Que por suerte no ha contemplado,
que se puede soñar despierto,
y de nuestro amigo, el abecedario.
Con el que me escapo juntando letras,
del sinfondo que vivo a diario.

A tí que me deseas Suerte,
ojalá tu Dios te oyera!
Y si no es mucho pedir,
que el viento levante tu pollera.
No lo tomes de manera literal,
es por ponerle a éste negro día,
un poco de pimienta, y otro de sal.

¿De qué sirve maquillar la Vida,
con el: "piensa siempre en positivo"?
Si un flujo negro de electrones
se encarga día y noche,
de tapar el Sol,
de ocultar los dones.

Y me arropo con letras y melodías.
Y corro, por escapar del elefante.
Que hace lo imposible por mearle,
por robarle el aliento y la sonrisa,
a éste que vive porque pretende,
besar despacio, besar sin prisa.

Y busco en mi destierro
abrazar mi Suerte.
Capitalizar mis yerros,
huir de la mala muerte.

Hoy toreándole a la Vida,
y viudo de la apatía.
Busco la magia en melodías.
En mis sueños que son,
ese escapar de la rutina,
ese pan de cada día.


-El Farabute-


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