Reconocerás
cuando la calma de tu alma
susceptible de ilusiones,
no distinga ya, entre perlas
y pompas de jabones.
Será entonces,
cuando la dichosa calma
que tu mente ostenta,
se sentirá confusa
sin darse cuenta.
Cuando a este punto
hayas llegado,
no quedarán dudas,
que sobre
estás parado.
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